POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.
Transcurridos ya unos 23 meses del primer picazo para la construcción del lateral, hecho mediante gran concentración de funcionarios de gran nivel estatal, la prensa nacional, con la primerísima figura, doña Consuelo Despradel, entre otras figuras más y las Iglesias, entre ellos el Monseñor Rafael Felipe Núñez, a la sazón obispo de la Arquidiócesis de Barahona, no se ve forma de que dicha construcción vea feliz terminación.
Al empezar las acciones de construcción se cortaron las aguas que fluían hacia buena parte de los agricultores y ganaderos, que con un mar de dificultades sobrevivían a las causas que reclamaban la construcción de canal de riegos, otros tantos quizás los más, ni esa mediatizada suerte tenían, ambos grupos, al final quedaron sumidos en la desgracia referida y multiplicada por los enormes y largos días de una sequía que asoló el país por más de 8 meses.
Al día de hoy, la compañía Servinca, constructora del mismo luce totalmente paralizada en su trabajo en los últimos 4 ò 5 meses, le adeuda a los camioneros de volteo facturas que datan sobre los siete meses, ascendentes a los 7 millones de pesos, y la labor realizada cuenta con 5.6 kilómetros de canal,( de los diez que se proponen), reportados éstos recientemente por el director del “indrí”, la obra de toma, fundamental para la distribución de las aguas, llamada “la Trifurcación” , esta también inscrita en la misma suerte, con el agravante, muy peligroso para el futuro, de que su tamaño y dimensiones de compuertas han sido disminuidos drásticamente.
Las razones de esta detención en la construcción de este vital canal, bautizado por nosotros hacen más de 25 años como “la Espina Dorsal de la economía y agricultura de Neiba”, el cual irriga un promedio de 25 mil tareas de tierras, es que han habido dificultades con el financiamiento.
Entendemos pues, que obra de tanta importancia para el interés público, como esta, no puede vagar en la inercia de las dificultades bancarias, y caer en la indefinición, mientras se calcina el sustento de cientos de familias, no! el estado tiene que suplir el capital, que probablemente no llega a los cien millones de pesos dominicanos para su terminación y luego que venga la discusión bancaria, ¡A eso le llamaríamos nosotros responsabilidad gubernamental
Transcurridos ya unos 23 meses del primer picazo para la construcción del lateral, hecho mediante gran concentración de funcionarios de gran nivel estatal, la prensa nacional, con la primerísima figura, doña Consuelo Despradel, entre otras figuras más y las Iglesias, entre ellos el Monseñor Rafael Felipe Núñez, a la sazón obispo de la Arquidiócesis de Barahona, no se ve forma de que dicha construcción vea feliz terminación.
Al empezar las acciones de construcción se cortaron las aguas que fluían hacia buena parte de los agricultores y ganaderos, que con un mar de dificultades sobrevivían a las causas que reclamaban la construcción de canal de riegos, otros tantos quizás los más, ni esa mediatizada suerte tenían, ambos grupos, al final quedaron sumidos en la desgracia referida y multiplicada por los enormes y largos días de una sequía que asoló el país por más de 8 meses.
Al día de hoy, la compañía Servinca, constructora del mismo luce totalmente paralizada en su trabajo en los últimos 4 ò 5 meses, le adeuda a los camioneros de volteo facturas que datan sobre los siete meses, ascendentes a los 7 millones de pesos, y la labor realizada cuenta con 5.6 kilómetros de canal,( de los diez que se proponen), reportados éstos recientemente por el director del “indrí”, la obra de toma, fundamental para la distribución de las aguas, llamada “la Trifurcación” , esta también inscrita en la misma suerte, con el agravante, muy peligroso para el futuro, de que su tamaño y dimensiones de compuertas han sido disminuidos drásticamente.
Las razones de esta detención en la construcción de este vital canal, bautizado por nosotros hacen más de 25 años como “la Espina Dorsal de la economía y agricultura de Neiba”, el cual irriga un promedio de 25 mil tareas de tierras, es que han habido dificultades con el financiamiento.
Entendemos pues, que obra de tanta importancia para el interés público, como esta, no puede vagar en la inercia de las dificultades bancarias, y caer en la indefinición, mientras se calcina el sustento de cientos de familias, no! el estado tiene que suplir el capital, que probablemente no llega a los cien millones de pesos dominicanos para su terminación y luego que venga la discusión bancaria, ¡A eso le llamaríamos nosotros responsabilidad gubernamental
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