Así partea el sol cada día, va tallando montañas en la oscuridad y luego baña de oro las olas marinas, en Barahona podemos encontrar una vida nueva cada día, renovada es lo que se respira en la llamada Perla del Sur.
Una muchedumbre de hombres y mujeres nos convertimos en un ejército anti-delincuencial todas las madrugadas, tejiendo una estructura social solidaria, alegre y folclórica, “Neillis Padilla”, el del “Cocolillis” con su “Brugalillis”, jocoso nos educa recordándole a los que ignoran dar los buenos días, que el saludo es salud para el que lo da y para el que lo recibe, el Bulevar María Montez es el lugar donde cada madrugada enriquecemos nuestra existencia.
“yo tengo tantos hermanos, que no los puedo contar, en el valle, en la montaña y en el mar,
Cada cual con sus sueños, con su trabajo, con la esperanza delante y con los recuerdos detrás; Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar…
Gente manos calientes, por eso es la amistad, un rezo para rezar, un llanto para llorar con el horizonte abierto que siempre está más allá, y esa fuerza para buscar con tesón y voluntad cuando parece más cerca es que se aleja más;
Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar…”
En nuestro regreso las hermosas flores de Hibiscus, el olor del chocolate con jengibre y el profundo olor de la lipia meliflua para las abejas nos despiertan los 5 sentidos y un Chin más, gracias a la vida que nos ha dado tanto. Oh tristeza, el 30% del agua potable la vemos correr por los contenes convirtiéndose en miasmas, nichos de mosquitos y los vecinos de la calle Uruguay esperando la interconexión con el agua de la General Cabral.
Artículo de opinión David Volquez Román.
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