Un 30 de
noviembre de 1941, se corrió urgentemente a casa de la comadrona Tomasa
Carvajal, conocido en Villa Jaragua como Pamasa, para que fuera de inmediato a
asistir en el parto a la señora Águeda Relinda Ferreras Batista, quien se
encontraba en los últimos momento de dar a luz a su hijo Andrés Rivas
Ferreras-Didi-.
En el año
1964, el joven Didi, ingresa a la facultad de medicina en la Universidad
Autónoma de Santo Domingo. Continúo siendo maestro, y valiéndose de certificado
médico, para que su hermana Deli, le cubriera como interina durante su estadía
en la ciudad capital.
Luego era
tan grande la presión, que el joven Andrés Rivas Ferreras-Didi- tuvo que
presentar su renuncia antes de que se produjera la revolución del 1965, ya que
no aceptaban más licencias médicas. ‘Recuerdo que a raíz de la revolución, mi
hermana Deli, viajo a la capital y fue a la casa de Tomas Ferreras Batista, donde yo vivía,
llevándome de regreso a Villa Jaragua”.
Llegando a
Neiba, el joven Andrés Rivas Ferreras, es apresado por la policía, debido a que
poseía una cápsula vacía de un revolver, “que la tenía para hacer un llavero,
le puse un plomo, pero sin nada de pólvora”, relata el doctor Rivas Ferreras.
Luego obtuvo su libertad gracias a su tío Heriberto Rivas Batista, sindico en
Neiba.
Pero la
libertad no le duro mucho, ya que dos días más tarde fue apresado de nuevo,
porque en esa época estudiante que llegaba de la capital era comunista, siendo
el primer preso de la Revolución de Abril en Jaragua.
_”Recuerdo
que un teniente de apellido Blanco Castillo, fue el que me llevo preso, en
principio no se me maltrato. Fueron mucha gente de mi pueblo que fueron a rogar
por mi libertad; inclusive el padre de mi novia, Jaime Matos Sierra, que en ese
momento era el síndico de la comunidad. Pero de nada sirvió tanta defensa, ya
que era una época de miedo”.
El doctor
Rivas Ferreras, deja entrever la humedad en sus ojos de ese recuerdo,
espantoso, cuando ya en el cuartel de Neiba, cuando 10 guardias penetraron a la
celda masacrándolo a golpes, “quise defenderme al principio y empecé a tirar
golpes, pero luego reflexione y frene…me tire al piso tapándome la cara, para
que no me maltrataran el rostro”, nos dice con bastante nostalgia de tanta
brutalidad de parte de tu gente.
_”Déjame
decirles, que gracias a un preso de Villa Jaragua y que gozaba de mucha
confianza, llego y grito fuerte y les dijo: Ustedes están locos?, Dejen a ese
pobre muchacho!, Se lo van a comer?! Él es un muchacho tranquilo, es mi familia
y no es de nada”.
Nos dice
nuestro entrevistado, que esa persona era Gil Lala que estaba preso porque
había matado un español en la Colonia Mixta de Duverge, en noviembre del 1961.
“El evito que me siguieran dando golpes, pero al otro día comenzaron a llegar jóvenes preso de Villa Jaragua, entre ellos:
Sergio Pérez Beltre,-quien años más tarde decidió ponerle fin a su vida,
disparándose un tiro en la sien izquierda en el Bar San José de Jaragua-,
Mauricio Segura Beltre, Alejandro Trinidad Méndez, Máximo Pérez, Rosario Gómez
Pérez, mi tío Polibio Rivas Batista; les dieron muchos golpes. Al otro día
llevándonos para la cárcel de Barahona.
_”Yo dure 3
meses, y recuerdo que mi cuñado el teniente Santo Aponiano Peña Díaz, fue con
una orden de Wessin y Wessin para que me soltaran, pero había tan poco mando y
poco control, que el mayor Eladio Simeón Marmolejos Abreu se negó”.
Continuaron
los estudiantes detenido en Barahona, y a los dos meses fueron llevado frente a
los tribunales, donde fuimos descargados por insuficiencia de pruebas y los
cargos que les dieron fue: Por asociación de malhechores, propaganda comunista
y muchas cosas más de, “triste recordación”, deja escapar el doctor de recordar
tanta impotencia.
Dejando un
poco los episodios tristes, nos comenta el doctor Rivas Ferreras, que volvió a
la ciudad capital, por cuestión de seguridad, pero volvió a Jaragua a trabajar
como interino en el liceo secundario, porque la profesora Adriana Matos Herasme
estaba de parto. Trabajo que le ayudo a ahorrar un dinero y compro un motor
Honda 50, que luego en la Universidad le sirvió como transporte.
El doctor
Rivas Ferreras, fue un joven inquieto, y aun pasando por tantas dificultades en
su pueblo, volvió y se involucró en la lucha del “Medio Millón”. Siendo
apresado varias veces, pero luego corría con la suerte que en la depuración lo
dejaban libre.
_’Yo vivía en casa de mi primo Tomas Ferreras hijo-Tomasito-, quien no se había criado en la Villa, sus padres eran de allá”.
Los primeros estudiantes Jaragüenses que se graduaron de medicina fueron: Francisco Ferreras y Ferreras-Pancho Celerino-, el 28 de octubre del 1958; y Manuel Ferreras Pérez-Dulce- el 28 de octubre del 1967, “luego seguimos Tomasito y yo, realizando junto nuestra graduación el 30 de junio de 1972”, comenta el doctor Rivas Ferreras con mucho orgullo.
No pasa mucho tiempo, cuando decide casarse el 23 de diciembre del mismo año de su graduación, con la señorita Teresa Matos Herasme,-Teresita-, hija de don Jaimito Matos Sierra y doña Teresa Herasme Díaz. “Fue la mejor elección, me ha hecho muy feliz, junto a mis tres hijos”.
La mayoría de los pacientes a nivel privado del doctor Rivas Ferreras, son de Barahona, Los Ríos, Jimaní y La Descubierta, mientras que a nivel público ha atendido muchos pacientes de Pedernales, Enriquillo, Paraíso, Fundación entre otros pueblos del sur, “que vienen en referencia de la gente de Jaragua, Tamayo y Vicente Noble”, hace una pausa y continua, “recuerdo que en el hospital había un médico que me “relajaba”, diciéndome que yo había dejado sin útero a las mujeres de Barahona, y esos pueblos del sur.
_Doctor alguna anécdota que haya vivido y que aun recuerde durante su trabajo como médico?
_Una vez una joven se encontraba grave, note que en el hospital la tenían abandonada, y la joven era de Jimaní, y me intereso mucho su caso, e hice todas las gestiones para que la operaran. La joven se salvó y de ahí en adelante sus familiares fueron mis pacientes”.
Andrés Rivas Ferreras-Didi-, hijo de Clodomiro Rivas Batista, conocido en Villa Jaragua como Chicho Sarín y Águeda Relinda Ferreras Batista-dos primitos hermanos, ambos fallecidos.
Nuestros más sinceros agradecimientos al doctor Rivas Ferreras, por la gran gentileza de abrirnos las puertas de su hogar, y amablemente contarnos episodios importantes de su vida.“Gracias a usted, doctor Herasme, por haberme abierto este canal, para aportar a la historia toda la vivencias que he tenido en mi accionar político y profesional”.
-Mucho más información en el libro ‘Semblanzas y Revelaciones Históricas, del doctor y escritor Rafael Leónidas Herasme Acosta…
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