Versión Isabel
Herasme
Entre los 4
y 5 años de edad, es cuando Justiniano Trinidad Méndez -Maximino- entendió a apreciar su entorno: Sus padres, hermanos y
una serie de factores que nuestro entrevistado entendió que existía como ser
humano.
Tiene
bastante recuerdo de su niñez, especialmente cuando su madre jugueteaba con él, antes de irse para la escuela, “amor
fundamental para el desarrollo de un niño”, continua conversando, “sabes comencé la
escuela a los 6 años de edad; el 2do y
3ro, siendo mi profesor Humberto Recio, luego pase con la maestra Ernestina González
Méndez, Nicolás Cuevas hijo, Vetulio Peña Mercedes –Vetilito- ya en el liceo secundario los profesores
fueron: Violanda Rivas Peña-Turca- y Adriana Matos Herasme”.
A pesar de
haber llegado hasta el 3er teórico, comenzó sus estudios en una extensión de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo, en Barahona donde realizo un diplomado del
sistema publico y derecho del ciudadano, curso que se impartió en el 1993.
Con tristeza
recuerda que a los 11 años de edad, pierde a su padre, “recuerdo que unos meses
antes me había convertido al Evangelio, en donde estuve hasta el año 1958”. Perdida
que obligo a él y su hermano Alejandro de ser los responsable de ir a ordenar
las vacas que tenía su padre en La Playa, tierras auxiliadas por los señores Feliciano
Méndez-Capitán- y Tomás Rivas-Tomás Baba-.
Entrevistado
para el libro Semblanzas y Revelaciones Históricas, comento que en el 1958,
dejo el Evangelio, retornando al catolicismo, logrando ese mismo año ser
empleado de la administración pública, “aquí me trabaje por treinta y nueve años”.
Maximino Trinidad Méndez, desempeño el cargo
de mensajero en el ayuntamiento del municipio de Villa Jaragua, vacante que se
presento por un problema que León Medina Cuevas-Tío-sostuvo con un señor que le
dicen Dimas Ulí, “que le dio una pedrada que por poco le saca un ojo. Por esa razón
sacaron a Tío del cargo. Agregando nuestro entrevistado, “a los cuatro años
como mensajero, fui sustituido del cargo cuando entro el gobierno de Juan
Bosch, decidí irme a la ciudad capital
para entrar a las filas de la Policía Nacional”.
Cuando
estalla la revolución, nos dice que vivía en casa de su tía Enibelca Méndez Pérez
en la capital. Como obediente soldado se presento a su destacamento, ‘pero no
sin antes escuchar el discurso del doctor José Francisco Pena Gómez. Así que yo y muchos
de mis compañeros buscábamos la forma de salir y salvarnos”.
Según sus
palabras Maximiliano se fue a un lugar que desconocía, siendo aprendido por un señor
que le hirió en la mano derecha, “recuerdo que me pregunto si yo era policía y
le contesté que no, que me dirigí a San Cristóbal y Que estaba perdido”.
Logrando quitarle el revólver que traía
en un bulto; pero gracias a un amigo del señor logro salir de esta situación.
Justiniano
Trinidad Méndez, cuenta que luego salió corriendo, siendo protegido por Dios, porque
me disparó con el mismo revolver que me había quitado, “al no tener suerte de
matarme, es cuando toma la escopeta y fue cuando sentí el balazo, lo primero que
vino a mi mente fue el rostro de mi madre y aclame a nuestro creador”, relata a
la vez que sus ojos se humedecen.
Herido en
su mano, llego a una casa donde le ofrecieron agua y le cambiaron la camisa que
estaba llena de sangre, y le buscaron un poco de leche. Luego vio un carro
ambulancia, le dijo al conductor que por favor lo llevara a una clínica, pero
el chofer alegando que no era policía no podía transportarlo a la sala de
emergencias, ‘me puse frente al vehículo, para que me llevara por delante.,
luego el chofer me miro y me dijo yo te conozco tu eres policía, te vi frente a
la calle Moca frente a la iglesia “.
Logro
Maximino que el chofer lo condujera a la clínica Chang Aquino, pero antes los
pararon por la John F. Kennedy, pero el conductor le salvo la vida, diciendo
que era un constitucionalista herido.
“A los 15 días
me reporte a la compañía, me dijeron que
estaba declarado como desertor. Pero lo único que me dijo un apellino Molina Díaz,
que pasara a Personal Y ordena que
investigaran mi situación. Salí de la Policía Nacional con la suma de 43 pesos
mensuales en el 1967”. Su cuñado Bernardo Reyes Mella-Ton- rechazo la pensión,
porque era de 14 pesos.
Maximino
Trinidad Méndez, dice que con la carta de su pensión se dirigió al juzgado de
Paz de Villa Jaragua porque se entero
que había renunciado del cargo Melanio Cuevas Rivas, para irse a “enganchar”. Dándole la posición
de alguacil ordinario a Justiniano Trinidad Méndez. Donde se mantuvo por dos
anos, siendo electo en el 1970 como sindico de Villa Jaragua.
En el 1967,
entró como militante del Partido reformista, en el sector de El Otro Lado,
siendo el principal dirigente. En 1970 paso al Directorio Municipal, y en el
mes de septiembre lo nombran encargado del Distrito Municipal de Villa Jaragua.
Con su cargo hizo que se lograran obras para el bienestar de su pueblo.
“En ese
entonces logramos traer agua de Las Clavellinas para el sector de La Madre,
siendo yo el presidente de la Asociación de Agricultores de la sección de La
Madre, muchos campesinos obtuvieron sus parcelas. Hubo otro proyecto que perteneció
a la Reforma Agraria y recibió el nombre de Proyecto AC-59, entre otros de interés
para la comunidad”.
Ocupando la
posición de sindico en el municipio de Villa Jaragua, hubo muchos candidatos
interesados en aspirar al puesto, “yo en verdad quería salir del ayuntamiento, quería
que me nombraran en el cargo de fiscalizador. Recuerdo que hable con el
presidente de la republica en el 1974, y le explique mi intención de aspirar a la fiscalización, que en ese
entonces ocupaba el diputado electo Carmelo Feliz Matos. Pero eso no prospero,
pero me ofrecieron darme una pensión de 200 pesos, y les dije que estoy muy
joven para retirarme”.
El señor Trinidad
Méndez, agradece al pueblo de Villa Jaragua, por la aceptación y apoyo que le
dieron todos los partidos, cuando fue nombrado a sus 22 años de edad , de la sub-oficina
de la Junta Central Electoral, en 1976-77.
Cuando fue
cuestionado sobre los conflictos que surgieron durante su paso por la Junta
Central del municipio de Villa Jaragua, nos dijo quelas organizaciones políticas,
sin razón o con ella, han considerado que los encargados de la junta siempre
van a favorecer a X entidad política.
Recordó el
señor Justiniano Trinidad Méndez-Maximino- que en el año 1978 la junta vivió
momentos muy difíciles, cuando se presento el cambio de gobierno del Partido
Reformista al PRD, pero por la honestidad de nuestro entrevistado y el
secretario de la junta Electoral de Neiba salieron muy bien parados en sus gestiones.
Justiniano
Trinidad Méndez, considerado por el pueblo un hombre honesto, buen amigo, buen
padre y buen esposo, nos informa que al ver a sus hijos mayores dedicados a la actividad
cristiana, opto por reconciliarse con el Señor, alejándose de las bebidas;
buscando el camino del Evangelio en el que estuvo desde el año 1991.
“Hoy visito
la Iglesia de Dios Inc, de Villa Jaragua. Tras seis meses de reconciliación,
pase a ser primer Diácono, secretario general y pastor de la iglesia de Dios de La Madre”. Relata con mucha pasión en sus
palabras de poder servirle al señor.
Justiniano
Trinidad Méndez-Maximino- nació un 23 de
Agosto de 1943. Sus padres Luis Trinidad Trinidad y su madre Romita Méndez Pérez.
Se matrimonia en el año 1967 con la señora Rufina Batista,
hija de Manuel Segura-Quin María- y Francisca Batista-Panchita Agustín-
Nos gustaría
que nos hablara de tu padre, que sabemos que fue una clave importante en tu vida?
“Mira Herasme, mi padre tuvo hijos fuera del
matrimonio, y sin embargo, nuestras madres se querían mucho y todos los hermanos nos tenemos un gran aprecio. Fue un
hombre que lamentablemente murió a los 37 años de edad un hombre con muchas propiedades agrícolas y
arroceras. Para ese época se produjo una tormenta ciclónica con fuertes
aguaceros y aquel fenómeno atmosférico hizo que el lago Enriquillo nos inundara
los terrenos, el rio Yaque del Sur se desbordó por toda la hoya del lago, dañando
los arrozales, la agrícola en general y la ganadería”, relata trinidad Méndez
con un nudo en la garganta.
Sus ojos se
humedecen al recordar a su padre, quien los crio en una forma muy buena, y que
hoy en día todo mundo lo menciona, después de tantos años de muerto.
Nos confeso
trinidad Méndez, que a muchas personas le irritan ver a alguien con el don de ayudar al prójimo y
ese era mi padre. La oscuridad del
pueblo hacia creer en situaciones, que los envidiosos comenzaron a crear situaciones
con el propósito de hacerle perder el juicio a una persona honrada y
trabajadora.
Personas
malas afectaron espiritualmente a su
padre, fueron situaciones dolorosas. Recuerda Maximino, lo desesperado que se sentía. Repitiendo una y otra vez: “yo no sirvo”, mencionaba también que
le preparaban cosas para hacerlo volver loco, con la finalidad de quitarlo del
medio.
También repetía
que “Trujillo le quería quitar sus tierras”, esto produciéndole efectos negativos. Delirio que se confirmo
cuando en el año 1954 se inicio la construcción del canal Cristóbal, por la cabecera de los cachones, “yo
tenía once años de edad, no tenía la capacidad de percibir lo que actualmente sucedía.
Mi padre por esa situación desquiciante lo indujo a provocarle una herida a un
jovencito vecino de nuestra casa paterna, por lo cual cayó preso y muere en la cárcel
en la era de Trujillo. Cosa rara”, dice buscando respuestas en sus palabras.
“A veces
pienso, que si en verdad mi padre murió o lo mataron intencionalmente o quizás se mato por la forma
desesperante en que se encontraba. No creo que un hombre lleno de vida, joven,
con un caballo, revolver, muchas mujeres y propiedades y creyente en Dios”.
Es una
incógnita que tanto Maximino como sus hermanos llevaran por siempre en sus memorias., de buscar
una respuesta sobre la muerte de su padre. Así como nunca
olvidaran los consejos que en vida les diera: ”respetar a las personas
mayores, porque ustedes mis hijos no saben que favor me han hecho, y tampoco se
metan con personas menores porque están
creciendo y no sabemos el día que tengamos que necesitarlos”.
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