POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.
Desde el mar de los sargazos, que es la versión más socorrida y a la cual nos inclinamos, llegan a raudales los sargazos, implantando la soledad y el rechazo a nuestras playas, por doquier, Boca Chica, playas de Barahona, pedernales en sus distintas versiones playeras, como el Can, Juancho, la playita, Bocanye, mosquea, San Luis, Cabo Rojo, las Cuevas y las Bahías de las Águilas, ahora se informa, toma el Cayo de Barahona una vez más.
El mar de los Sargazos, de donde asumimos ( a pesar de que los tamaños de las que hemos visto y tomado en las costas de Barahona, son pequeñas de estatura) viene esa inmensa biomasa, es una región del océano Atlántico septentrional (norte), afamado en los siglos XVII y XVIII por convertirse en cementerio de barcos veleros, este abarca parte del triángulo de las Bermudas, ligado a innumerables tragedias aéreas y marítimas, y a interminables leyendas de aparición y desaparición de OSVNIS Y OVNIS (el primero, es objetos sumergibles voladores no identificados y el segundo es objetos voladores no identificados), leyendas muy socorridas y de tradición de miles de años.
Bermuda Triangulo
Conclusión, los cambios en el ambiente global pudieran estar haciendo salir del circulo vicioso partes de estas enormes algas que llegan a alcanzar en su crecimientos metros de altura, diseminándolas por nuestras costas, con invaluable cantidad y tiempo ( repetimos, lo tamaños de las que hemos visto en las costas nuestras parecen màs de las que azotan a México que a las gigantes de el mar de los Sargazos, a menos que en su trayectoria lleguen compartidos en ramas)
Se tiene entendido, que esta biomasa posee buen poder calorífico, por tanto, por su contenido protèico y su capacidad de generar calor, pudieran utilizarse en el campo o en la energía eléctrica, solo habría que hacer un estudio económico cuyos numeritos indique la conveniencia económica, mientras tanto, el mal de su llegada a nuestras costas, es una realidad, con méritos suficientes para que se empiece ya su enfrentamiento, que debe ser con barcazas especializadas para tales fines, capaces de recolectarlas en lo mayor posible antes de hacer contactos con nuestras arena, evitando al máximo lo que vemos ya, palas mecánicas en su recolección, arrancando consigo todo lo natural de las mismas, daños inconmensurables y pérdidas de arenas..
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