Monday, August 17, 2015

Nuestra actual sequía de 8 meses


NEIBA PROVINCIA BAHORUCO, REPUBLICA DOMINICANA. 17 DE AGOSTO 2015.

POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA. 

Nuestra isla, con su ubicación geográfica en el mundo, sur, sufre los embates de la crueldad del tiempo, acentuados por la realidad que vive el mundo con los mencionados fenómenos de los niños, que aceleran las adversidades de tiempo, acentuando los períodos de sequía y exagerando los de lluvias, impactando enormemente el medio ambiente, los recursos naturales y al hombre en su conjunto. 

El tiempo de las siete vacas flacas y las siete vacas gordas se refiere  en las sagradas escrituras, y en ellas mismas se dicen también formas que obtuvo el hombre para minimizarla ò por lo menos amainar sus efectos, a ver, (el sueño: Faraón tiene dos sueños, 1.- Sueña que vio siete vacas gordas y siete vacas flacas y ve que las flacas y huesudas se comen a las gordas y hermosas, 2.- su segundo sueño vio siete espigas de grano lleno y maduro que crecían en un solo tallo. Y entonces vio siete espigas de granos secas y delgadas y las secas y delgadas se tragaron a las gordas. 


Don Antonio Guzmán Fernández

José que estaba olvidado en prisión fue llamado por Faraón, por consejo recibido, le aconseja diciéndole que los dos sueños tienen la misma significación, las siete vacas gordas y las siete espigas llenas significan siete años y las siete vacas flacas y las siete espigas de grano delgadas significan otros siete años.

José le dijo a Faraón que vendrán siete años en que crecerá mucho alimento en Egipto y habrán siete años en que crecerá poco el alimento. José le aconsejó escoger un hombre sabio para que recolecte alimentos en la abundancia, lo escogieron a él y ocho años después llegaron Egipto donde José sus 10 hermanos mayores, de allá del país de Canaán, llenos de hambre enviados por Jacob su padre.


En nuestro presente surge el mismo número, el siete, ya que esta estadísticamente establecido que vivimos un período de siete años húmedos y siete años secos, con la diferencia de que en aquellos tiempos se contemplaba con mayor responsabilidad la producciòn, hoy le hemos dado espacio a que los efectos de los siete secos nos impidan el abastecimiento.

Los efectos de la gran sequia que nos azota no se le pueden cargar pura y simplemente al la inclemencia del tiempo, no, hay una cuota de imprevisión, si se hubiera organizado el país, en su fundamental sector agropecuario, con eficientizaciòn del uso del agua, construcción de canales y presas, no se hubiera llegado al colmo en que estamos.


¿Qué sería de el suroeste si el gobierno de Guzmán no hubiera terminado la presa de Sabana Yegua?, la cual fue inapropiadamente
 descargada hacen algunos meses para una reparación que bien se colocaba en esta temporada, descargando una agua que hubiera mitigado gran parte de la sed, y una agua que solo sirvió para crecer bastante ò detener su necesaria decrecida del lago Enriquillo, vivimos un país donde no se piensa ni mínimamente como Faraón y mucho menos como José.


 

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